EXTREMODURO – ¿Dónde están mis amigos? (1993)

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1. El duende del parque
2. No me calientes que me hundo
3. Sin Dios ni amo
4. Pepe Botika (¿Dónde están mis amigos?)
5. Estoy muy bien
6. En el más sucio rincón de mi negro corazón
7. Malos pensamientos
8. Posado en un nenúfar
9. Isiero, shirlero o ladrón
10. Historias prohibidas (nos tiramos a joder)
11. Los tengo todos
Robe Iniesta – Cantante, Guitarra
Eugenio – Guitarra
El moja – Batería
Miguel Ferreras – Bajo
Ramón – Bajo
Extremoduro siempre fue una banda con grandes cambios y es que el desgaste que provocan las relaciones personales, los vaivenes de la industria musical y la carretera siempre hacen estragos, pero los Extremoduro pese a los cambios en el plano creativo nunca lo notaron y eso es porque la mente de Robe Iniesta siempre está trabajando a todo gas, eso sí a nivel instrumental este álbum al igual que el segundo de la banda es muy flojo.
Roberto se mudó a Barcelona y Extremoduro pasó a ser un trío, la separación geográfica entre los componentes y fue el motivo por el cual, el batería Luís Von Fanta dejó la banda, al poco tiempo, también el sucio dejó su puesto al bajo.
Mientras buscaba nuevos locos para meterse en esta aventura, Robe ya compuso los nuevos temas con la idea de grabar un álbum en solitario, algo que siempre le llamó la atención, pero lo que vende es el nombre de Extremoduro no el de Robe Iniesta… y eso que Extremoduro es 100% Robe Iniesta, al final hasta pasados veinte años no pudo sacar su ansiado álbum en solitario y liberarse del yugo del rock y componer lo que le da la gana.
Como a Robe le hicieron una oferta tan floja (para provocar que sus nuevos temas salieran editados como Extremoduro). Así que Robe incluyó a El moja como batería y a Ramón Sogas como bajista, también participó un segundo bajista en la grabación, Miguel Ferreras.
El disco empieza con El duende del parque, en la que nos habla de un vagabundo. En No me calientes que me hundo es una situación personal en la que por cierto, colabora Selu, saxofonista de los Reincidentes, que colaboraría en el siguiente trabajo de Extremoduro. Doblándose saxo y guitarra para desesperación de los más rockeros.
Sin Dios ni amo, está muy orientado hacia el Funk y aquí ya te desconectas por completo. Pepe Botika es un rock más elaborado, pero si te esperas otra versión del Jesucristo García, estás equivocado porque es un tema bastante melódico.
Estoy muy bien suena cínico si lo comparamos con otros temas, los anteriores temas nos lanzan un mensaje muy negativo y este es pura alegría. Trabajo irregular por no decir malo, de nuevo Robe experimentado y componiendo un álbum variado cuyo único interés radica en las letras pero lo peor todavía está por llegar, Pedrá es el momento más bajo en la historia de Extremoduro.