1. Soldados de fe
2. Vencer o morir
3. El fin de los tiempos
4. El rostro de Satán
5. Senderos de Gloria
6. Redención
7. Mi triste final
8. Dioses sin voz
9. Duelo Final
10. El último amanecer
Daniel Martínez – Bajo, Cantante
Jesús Zuazo – Guitarra
Dan Díez – Guitarra
Iván Crespo – Teclados
Mario Suárez – Cantante
Juan Carlos Márquez – Batería
Este es el segundo trabajo de los riojanos Red Wine. El inicio del álbum no puede ser más prometedor. Con Soldados de fe, quitando la introducción que no pega ni con cola, sacan el látigo y nos regalan un ritmo muy veloz e intenso en la batería que aporta cierta dosis de garra. En su primer álbum hablamos del aspecto lineal de las composiciones y que la banda tenía más garra de la que en realidad sacaron.
También Mario Suárez se muestra más ambicioso en el micro, pues suena más versátil que nunca y menos lineal, le echa valentía y tira de agudos en muchos momentos que suenan bastante bien. En los teclados Iván Crespo con un buen trabajo como ya realizó en el trabajo anterior.
Hay temas menores como Vencer o morir, un tema de neoclásico con una base rítmica de Power Metal melódico ibérico de toda la vida, la idea no es del todo mala pero suena sobrecargado en la producción y lineal, el gran problema de estos riojanos.
Eran los tiempos de bandas como Demons and Wizards y digamos que los Red Wine, pese a cantar en castellano quería seguir esos pasos. Eso sí, de vez en cuando algún que otro zarpazo a la guitarra de Dan Díez como en El fin de los tiempos. Imaginaos el riff del In Rock de Dio pero con un leve toque progresivo y un acompañamiento en los teclados tirando a neoclásico, es lo que te encontrarás en este tema.
Siempre lo combinan con temas muy menores como Senderos de Gloria, el clásico Power repetitivo hasta la saciedad, al igual que en su primer álbum, emulando a Avalanch pero sobre todo con visión internacional a pesar de cantar en castellano. Siempre fueron muy fans de los Helloween solo que en este álbum le dan un aire más orientado hacia el neoclásico de Yngwie, tampoco se van a mojar mucho más.
El mejor solo surge con Redención y es que Dan Díez es un guitarrista con una técnica muy buena. No es uno de los guitarristas más conocidos del país pero para mí está en la liga de los guitarristas más conocidos, nada que envidiar a otros.
Es una lástima que no tirasen en este álbum de más elementos de metal clásico pues cuando tiran de garra es cuando más destacan. Es un trabajo muy irregular que combina buenos temas con otros muy vistos y que suenan a más de lo mismo.
Pero es más ambicioso que su álbum de debut y nos vamos a encontrar con más técnica, más ambición y más garra en líneas generales, así que pese a su irregularidad, yo diría que este álbum, sin ser ni de lejos el mejor de Red Wine, sí que es el que contiene sus mejores momentos como banda.