ROSENDO – Lo Malo es… no darse ni cuenta (2005)

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1. Atajo de cobayas
2. Cada día
3. El acogote
4. Duele pensar
5. Periférico
6. Darse cuenta
7. Son máquinas
8. Todos los caminos
9. A mí no me duele ná!
10. Salir de la maleza
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Rosendo Mercado – Cantante, Guitarra
Mariano Montero – Batería
Rafa J Vegas – Bajo
Efectivamente lo malo no es ni darse cuenta y este trabajo pasó un tanto desapercibido. Llama la atención la portada que es una caricatura abstracta de este viejo rockero, un dibujo de Santos Bañado. Un nuevo álbum bajo el brazo, aunque más que álbum hay que decir un puñado de temas aglutinado en un nuevo trabajo, porque Rosendo Mercado trabaja de diferente manera. Este puñado de temas tiene demasiado que ver con la de sus dos anteriores obras.
Atajo de cobayas tiene cierto ritmo al menos, crítica a la sociedad y Rosendo que sigue con su cinismo alegre sin dejar nunca cabo suelto. Cada día es un tema bastante gris y aburrido y es que siempre le faltó cierto dinamismo en las composiciones y no me refiero a trucos de estudio que si un poco de teclados, que si ahora introducimos un ritmo de reggae, todo eso ya lo intentó con pésimos resultados. Es cierto que el rock de Rosendo es atemporal y básico a más no poder. Su música es rudimentaria, o gusta o no gusta y para tener una carrera tan dilatada con cientos de giras por una España que se recorrió de cabo a rabo en múltiples ocasiones hay que decir que tiene más fans que detractores.
El acogote es un homenaje al centenario del Quijote y arranca con un ritmo de mariachis mexicanos para después pasarse al rock acelerado con buenas letras, él siempre tirando de ironía. Hay temas que no apuntan nada bueno como Son máquinas o Darse cuenta pero ya sabemos que Rosendo rinde en el directo, que a temas sueltos y componer himnos no hay quién le gane pero en un álbum lanzar un puñado de temas y que suenen sólidos, sin ningún bajón, tan solo lo logró en su primer trabajo, el resto son todos muy irregulares y este no es la excepción.
Muchos ya no diferencian entre los álbumes de Rosendo porque ven pocas variantes pero sí que hay una. Después de experimentar en los ochenta con el sonido y sonar más blando, algo que casi acaba con su carrera, después de su directo en Carabanchel volvió a gozar de máxima popularidad con artículos en toda la prensa nacional y entonces regresó a sus raíces, al rock básico y potente de Leño de toda la vida y así estuvo mucho tiempo, con irregularidad, solo con dos o tres temas potables por álbum pero logró mantenerse a fin de cuentas, con poco o más éxito pero es un superviviente.