MAGIC CIRCLE – Departed Souls (2019)

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1. Departed Souls (5:52)
2. I’ve Found My Way To Die (5:11)
3. Valley Of The Lepers (7:36)
4. A Day Will Dawn Without Nightmares (4:43)
5. Nightland (7:00)
6. Gone Again (6:46)
7. Bird City Blues (1:19)
8. Hynotized (6:42)
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Justin DeTore – bass
Q – drums
Dan Ducas – guitars
Chris Corry – guitars
Brendan Radigan – vocals
Escuchar a los Magic Circle es como iniciar un viaje al pasado, de la mano de los grandes que han sido y serán por siempre. Pero antes de meternos en faena pongámonos brevemente en antecedentes. La bandas se formó en 2011 y desde entonces han publicado dos discos y un álbum en directo, en todos los casos parecen tocados por los dioses porque suenan con una fuerza y un clasicismo que rompe todo tipo de reticencias.
Por eso este tercer disco ya no es ninguna sorpresa sino la confirmación de que estamos ante una de esas bandas que te garantizan calidad, buenos momentos, diversión y grandes directos, poco más se les puede pedir. Y así el disco comienza con Departed Souls, un tema dominado por los riffs sabbathianos, que se va calentando a medida que pasan los minutos al estilo de unos Trouble, evidentemente tiene su base doom pero predomina sobre todo el sonido de los 70, una especie de heavy rock sicodélico y oscuro.
I’ve Found My Way To Die es un tema más rockero pero eso sí con mucha garra, con esas guitarras siempre de sonido old school y la voz potente y multifacética de Radigan. Personalmente me gusta más su lado doom pero este tema te recuerda por momentos a unos Deep Purple, a unos Trouble, incluso el proto heavy metal de los principios de los míticos Cirith Ungol. Sin duda el peso de las guitarras es terrible y arrastra siempre el sonido de la banda. El tramo final tiene un sabor new wave tenebroso al estilo de grupos como Witchfinder General que le da mayor amplitud.
Valley Of The Lepers no deja lugar a la duda, riffs pesados y tenebrosos desde el principio, con un sonido de heavy doom de guitarras potentes y un ritmo muy pausado en este caso. A destacar las líneas vocales que le dan un sentido melódico apocalíptico y a mitad de tema un solo sicodélico de esos que te dejan la cabeza dando vueltas como una peonza, otro tema de clara influencia Sabbath, con esos cambios de ritmo tan típicos de la tropa de Iommi que te hacían saltar de locura con el corazón acelerado.
El inicio acústico de A Day Will Dawn Without Nightmares es simplemente delicioso y lo podrían firmar unos Deep Purple en su momento más álgido, el tema se configura en formato balada y oda melódica, rock setentero del más alto nivel, tomándose ese intervalo acústico en el álbum que cambia el chip. Pero esto no acaba aquí, el riffeo inicial en Nightland tiene la influencia de unos Pagan Altar aunque luego el tema se mueve en un ritmo de heavy rock, con unas voces realmente vibrantes. Además tenemos el momento más ambiental del tema en la pausa del que salen con un punteo distorsionado y heavy de sonido clásico a más no poder.
Gone Again es un tema con un ritmo en el que puedes sentir las pulsaciones de tu corazón y donde la emotividad la mete Brendan Radigan con unas voces espectaculares. Un tema muy ambiental, sicodélico y heavy al estilo de unos Sabbath o lo primeros tiempos de los Judas Priest, desprende magia y misticismo. La coronación del tema la pone un solo melódico sucio doblado por la rítmica de riffs doom. Le sigue Bird City Blues que es un breve corte de transición a base de acústicas para redondear el disco con Hynotized que ciertamente desarrolla un ritmo lento e hipnótico que se mantiene inalterado de principio a fin, es el tema menos sorprendente del álbum pero aún así sigue desprendiendo clasicismo. Por cierto, la portada pega totalmente con el estilo del grupo y a mí personalmente me recuerda mucho a las de las bandas más dramáticas y negras de la new wave.
Es indudable la calidad y el buen hacer de estos americanos. Los puristas o los muy exigentes, entre los que me cuento, solo le podemos echar en cara que siguen el camino abierto hace muchos años por grandes nombres como los que he ido citando y más, como los Saint Vitus, Pentagram, Witchfynde, etc etc, no inventan nada que no hayamos escuchado antes con esos grandes monstruos del heavy y el doom pero crean sus propios temas y lleven ese sonido a su máxima expresión. Dignos herederos de los grandes y una de esas bandas que deberían estar llamadas a continuar su legado.