MAYHEM – Daemon (2019)

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01. The Dying False King
02. Agenda Ignis
03. Bad Blood
04. Malum
05. Falsified And Hated
06. Aeon Daemonium
07. Worthless Abominations Destroyed
08. Daemon Spawn
09. Of Worms And Ruins
10. Invoke The Oath
11. Everlasting Dying Flame
12. Black Glass Communion
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Necrobutcher – Bajo
Hellhammer – Batería
Attila Csihar – Cantante
Teloch – Guitarra
Ghul – Guitarra
Para que perder el tiempo contando una vez más la leyenda negra de Mayhem de asesinatos y suicidios. Pero sí quiero contar esta leyenda negra desde un plano musical tan solo. En los tiempos de Euronymous a la guitarra, Manheim a la batería, Dead al micro, Varg Vikernes al bajo… pues fueron tiempos obviamente marcados por su historia personal pero desde un punto de vista creativo, sin ser nada del otro mundo a un nivel técnico, te daba la sensación de escuchar algo diferente, algo siniestro, algo en lo que creían (puede que estemos condicionados eternamente por su historia personal).
Pero tras el suicidio de Dead, tras el encarcelamiento de Vikernes y el asesinato de Euronymous pues pasaron músicos que quizás no sean carismáticos como estos pero sí mejores músicos Blackthorn, Occultus, Attila … etc. De mysterii Dom Sathanas de 1994 fue el último trabajo con la formación clásica y después de eso a vivir de rentas.
Nunca supieron acertar con la tecla, sus álbumes no terminaron nunca de convencer a su público de toda la vida, quizás porque están estigmatizados de por vida por sus inicios pero sobre todo su último trabajo era muy flojo al igual que los directos de la banda.
Vuelta a empezar con este Daemon, con Attila Csihar al micro como siempre, con el Necrobutcher al bajo que es el que se quedó con los derechos de autor, con Hellhammer a la batería (desde 1988 en la banda) y con dos nuevos guitarristas, uno procede de Gorgoroth y el otro de Cradle of Filth.
The Dying False King contiene Black raw acelerado y sucio, no me dice nada porque no es la primera vez que intentan regresar a su pasado más glorioso y sangrante. Agenda Ignis sí que empieza a levantar ligeramente el interés porque a lo de antes le unen un ligero toque sinfónico. Bad Blood es un tema que se instala en un medio tiempo de Black/Thrash con sus buenas aceleraciones donde rinden tributo a Sodom y a los Bathory y así mismos por cierto.
Malum sigue la misma tónica que los anteriores temas pero casi sin querer y pese a la extrema sencillez de los temas, sin darte ni cuenta, acabas en su red atrapado. Falsified and Hatred es una cabalgada hacia el infinito en la guitarra, me falta un poco de fuerza en la batería.
Creativo desde luego no es pero se han despojado de todo tipo de parafernalia como en Aeon Demonium. Vale que me falta un tema diferenciador que marque las diferencias, que apueste por algo más creativo o que se desligue al menos del resto de temas, no llega con Worthless Abominations Destroyed pero recrean una atmósfera sucia y solo a golpe de Blast Beats y distorsión fantasmal, sin trampa ni cartón.
Daemon Spawn es más lento, roza el Sludge en la atmósfera y esta vez sí que contiene un buen trabajo de batería apostando por variedad de ritmos. Of Worm and Ruins… nuevo viaje a una tierra llamada nostalgia que ellos no quieren que se convierta en tierra quemada, por enésima vez clavan su bandera en sus inicios, ya os contaré al final de la reseña si lo logran. Invoke The Oath cierra el álbum, aunque incluye dos bonus, tema sin demasiada historia.
Han logrado su objetivo. Han vuelto al pasado, cosa que han intentando un millón de veces con muy pocos resultados, pero esta vez sí. Yo diría que lo han logrado apostando por la sencillez, una producción desnuda de cualquier atisbo comercial, pasando de la habitual mezcla de estilos y del rollo atmosférico que se lleva hoy en día en el Black Metal, solo apostando por los viejos cánones del Black Metal más clásico, se han marcado un álbum muy en la línea del último de Immortal, no es que sea similar, es que simplemente beben de la misma fuente. Me falta tema diferenciador, me falta creatividad a raudales pero tiene este disco algo que no tenía ningún álbum de Mayhem desde 1994, desde que ocurrió su desgracia, es un disco que tiene alma y personalidad propia y conecta por primera vez con el pasado, su mejor álbum en más de 20 años.