1. The Genesis Explosion
2. Heliosphere
3. Primordium
4. Exit the Giants
5. Rise of Man
6. Estuary
7. Humanity’s Child
8. Phobos & Deimos
9. Threshold
10. Infinite Universe
Phil Dakin – Vocals, Bass
Gerry Oullette – Guitars
Eddie Shanini – Guitars
Jeff St Louis – Drums
Segundo trabajo para los canadienses Dead Brain Cells o DBC. Por desgracia fue el último trabajo de Gerry Oullette antes de su fallecimiento, él era el que elevó el sonido de esta banda a otra dimensión. Siguen con sus letras de ciencia ficción al igual que hacen hoy en día los Vektor, de ahí que os dijeramos en la anterior reseña que los DBC fueron una inspiración para los Vektor.
dbc 2DBC trabaja duramente en este plástico y le da un toque progresivo a sus composiciones. Heliosphere es una de las composiciones más complejas de la banda, si logras romper el cero, si logras escuchar este álbum un par de veces iras descubriendo uno a uno pequeños matices hasta configurar una gran obra.
Composiciones mucho más sesudas y elaboradas ésa es la clave para acercarse a este trabajo. Humanity’s Child es el tema mas progresivo de todo el trabajo, tenemos destellos más agresivos, un guiño para los viejos fans en temas como Phobos and Deimos o Estuary, sin lugar a duda el cañonazo de este Universe, trallazo con riffs doblados y es que cuando la base rítmica conecta con el juego de guitarras, los DBC desarrollan ritmos de forma minutera que producen un cortocircuito en el oyente. Nunca fue una banda con feeling, de estribillos facilones y solos melódicos, su especialidad es desarrollar ritmos minuteros con un toque bastante técnico que por momentos se acerca a bandas como Tourniquet, Coroner o Voivod, es cierto que no podemos compararlos con la grandeza de esas tres bandas citadas, pero merecen un hueco en la audioteca del headbanger.
Buenos arreglos por parte de la banda y buena producción de Garth Richardson que eleva el sonido de la banda a otras dimensiones. The Genesis Explosion o Theshold son dos mediotiempos con groove que se adelantan a otra esfera, abren una puerta hacia el Groove de los noventa, cuando todavía los Pantera te mezclaban una especie de Glam Metal en el que no creían o los Exhorder brutalizaban su sonido en busca de otros horizontes sonoros. Unos horizontes que otras bandas exploraron pero que no tienen ningún reconocimiento.
Con la llegada de los noventa los DBC se esfumaron, simplemente se hartaron de sellos pequeños, de promociones inexistentes de conciertos en salas pequeñas y es que su música no tenía cabida en esos noventa. La banda lo dejó, su guitarrista Oullette falleció y el sueño de esta banda se esfumó… al menos una década completa hasta que regresaron con un nuevo ep muchos años después aunque sin Oullette y sin la brillantez del pasado.