EASY RIDER – From the Darkness (2014)

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1. Apocalypse (00:29)
2. After the Fall (04:16)
3. The Calling (04:00)
4. Lab’otomy (04:47)
5. The Rockpile (04:01)
6. She Makes Me Live (05:07)
7. Signals (04:12)
8. Deliver Us from Evil (05:09)
9. Defiance (05:10)
10. Before You Learned to Pray (04:42)
11. Live for Another Day (04:08)
12. Day of the Dead (04:19)
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José A. Villanueva – Bass
Javier Villanueva – Guitars
Daniel Castellanos – Guitars (rhythm)
Rafael Díaz – Drums
Ron Finn – Vocals
Estaba revisando de qué año era su último disco “Animal” y resulta que han pasado nada menos que 11 añitos desde entonces. Este “From the darkness” es su sexto disco de estudio. La verdad es que si tenemos en cuenta todos los años que llevan en el mundillo este pues el promedio no es muy alto, pero hay que tener en cuenta que los chicos de Easy Rider nunca han tenido un camino fácil, lo suyo ha sido casi siempre un camino de espinas más que de rosas. A pesar de atesorar calidad nunca se han comido un colibrí, ni en España ni fuera de nuestras fronteras, aunque irónicamente (una vez más se demuestra que vivimos en un país curioso, por no decir sin sentido) creo que es una de las bandas más queridas del panorama, de esas a las que se les coge cariño, porque son unos luchadores y porque siempre te sacan material de calidad.
Vamos al lío. Lo años pasan pero el estilo de los Easy Rider no, siguen a lo suyo, el power metal de corte americano con algunas pizcas del arte hispano, lo que viene a suponer que la calidad en la producción casi siempre deja bastante que desear. Las guitarras son la seña de identidad de este grupo, lo han sido siempre, tanto Villanueva como Castellanos son viejos rockeros que se las saben todas y que son capaces de hacernos degustar buenos riffs y buenos punteos. Melodía la justa, en eso se diferencian claramente del power metal europeo, ya en extinción, pero no es de ahora, sino que de siempre los suyo fue un speed más a la americana, basado más en el riffeo aguerrido y afilado que en las melodías. Y en este disco se mantiene esas mismas señas de identidad.
Los ritmos son rápidos, batería casi siempre al galope aunque sin caer el desesperante doble bombo tan típico de catetos hispanos de hoy y de siempre, una copia sin duda de las malas costumbres centroeuropeas, que aquí se adoptaron como un maná caído del cielo, mientras los metaleros con mejillones en los huevos regurjitábamos toda la papilla del desayuno y nos cagábamos en Odin y su santa madre. Por tanto, batería contundente pero sin caer en la borregamia, aunque tampoco sea un prodigio de destreza, la verdad es que va bastante a pedal, pero en general cumple correctamente su función.
Hay algunas canciones que nos retrotraen a tiempos remotos, como por ejemplo The rockpile, que tiene un inicio muy épico, que me recuerda más a los comienzos de la banda, un buen medio tiempo, de esos de puño en alto, de lo mejorcito del disco.
A las voces tenemos, por tercer disco consecutivo, al señor Ron Finn. Ni que decir tiene que las letras son en inglés, algo que tampoco se acostumbra por este país. Los Easy Rider siempre fueron de darle al rollo del inglés, quizás por eso los catetos de este país nunca lo han apreciado en su justa medida, en fin que les den a todos esos necios. Ron Finn tiene una voz muy rasgada, no es un prodigio vocal, en los agudos se queda más corto que el taparrabos de Tarzán, pero tiene contundencia y agresividad, lo que compensa sus limitaciones y hace que su aportación sea positiva. De todas formas, para mí no es, ni mucho menos, un frontman de primera línea, creo que un grupo como Easy Rider podría dar un paso de gigante con un primer espada, pero claro, dónde coño se consigue eso?
Para mí este disco no es mejor que “Animal”, adolece de una producción bastante discreta y no está tan inspirado como su predecesor en cuanto a las composiciones. Pero es un disco más que aceptable y una buena forma de volver al ruedo y de ir poniéndose en forma,