BOLT THROWER – Those Once Loyal (2005)

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1. At First Light
2. Entrenched
3. The Killchain
4. Granite Wall
5. Those Once Loyal
6. Anti-Tank (Dead armour)
7. Last Stand Of Humanity
8. Salvo
9. When Cannons Fade
10. A Symbol Of Eight
Karl Willetts – Cantante
Barry Thomson – Guitarra
Gavin Ward – Guitarra
Jo Bench – Bajo
Martin Kearns – Batería
Lo que siempre me gustó de Bolt Thrower es su inmunidad, el jugar al margen de la ley. No les importa ni las modas, ni lo que los sellos impongan, siempre fieles a su estilo y por eso son una leyenda del Underground.
Para este trabajo regresaron Karl Willets al micro y Martin Kearns a la batería, ya tenemos la formación original de la banda. Es un trabajo que trata sobre la Primera Guerra Mundial, la temática bélica al igual que los Sodom siempre fue lo suyo.
At First Light es un tema que me sorprende gracias a su riff melódico en la parte lenta del tema, me recuerda a los suecos Desultory y es que el estilo de esta banda es innegociable por lo tanto solo añaden pequeñas pinceladas, variantes, destellos novedosos que pasarían desapercibido para un oyente que no esté familiarizado con el Death Metal.
Entrenched tira de velocidad y agresividad, muy similar a los Cannibal Corpse pero con la suciedad habitual de esta banda inglesa que nunca decepciona. La batería suena muy simple en este trabajo pero el bajo de Jo Bench sí que es audible y yo diría que como bajista es su mejor contribución al sonido de la banda.
Nunca entendí la dinámica de Bolt Thrower, con este trabajo regresaron a la actualidad. Los dos anteriores álbumes estaban bien pero bajaban un poco el listón de sus previos álbumes, con este último trabajo de la banda regresaron a la oscuridad, la velocidad, los cambios de ritmo lentos, la esencia Punk, el Thrash/Death en el cambio de ritmo y un poco de atmósfera en los riffs de la guitarra, la dosis perfecta de Death Metal en estado puro, es decir, quisieron calcar con su último trabajo lo que hicieron en sus dos primeros álbumes. Nunca fue una banda de masas que vendiera miles de discos, no es el caso de esta banda de Coventry, pero siempre gozaron de la atención de los medios y del respeto del público, precisamente por eso, por llevar en esto del Death Metal desde el inicio y no haberse vendido nunca.
Antes decía que nunca entendí la dinámica de esta banda y no la entiendo porque con este álbum regresaban con su formación original y por la puerta grande, pero nunca se hicieron ricos con esto de la música así que el motivo económico no les movía, sí el creativo. Ellos consideraban que con el nombre de Bolt Thrower estaban encorsetados dentro de un estilo y tenían ganas de hacer otra cosa, así surgieron proyectos paralelos de sus diferentes miembros y poco a poco lo fueron aparcando hasta el fallecimiento de su batería y decidieron dejarlo para siempre, pero sinceramente, aunque no hubiera fallecido su batería, estoy seguro de que no hubieran sacado nunca más un nuevo disco, querían explorar otros territorios musicales los que seguían interesados en la música, por ejemplo, Jo Bench no está interesada desde hace años en la música y no volvió a ninguna banda. Resulta curioso como regresó Willets a la banda, el anterior cantante se estaba quedando calvo y empezó un tratamiento capilar y decidió retirarse momentáneamente de la banda, cuando regresó a la música, decidió volver a su anterior banda, los Benediction. Último trabajo de Bolt Thrower, una banda sin concesiones y de gran personalidad.